domingo, 7 de octubre de 2012

¡Dejar vivir al que siempre ha vivido en nosotros!

A menudo muchos hemos experimentado lo que llamamos una gran satisfacción, pero siendo realistas, cuando estamos en la cúspide del gozo o la euforia siempre surge la terrible pregunta de ¿y después?...
Desgarradora exigencia de conocer que sucederá luego, lo que nos hace concluir que la satisfacción no fué completa, que requiere de algo más. Esto nos obliga a decir que somos seres insaciables... de amor, de poder, de diversión, de alegría. Siempre buscamos tener más o que algo " sea para siempre" por nuestra naturaleza insaciable.
Paul Claudel dice: Lo insaciable no puede derivar más que de lo inextinguible. Siendo nosotros insaciables, nuestra escencia, el sujeto de aquella realidad llamada hombre es de naturaleza inextinguible, es infinita.
Sabemos que nuestra alma, nuestra esencia fué donada por Dios, quién es Infinito, es decir nuestra esencia infinita proviene del Infinito y busca regresar a Él, por eso ante una realidad y un mundo finito nos tornamos insaciables al no encontrar una realidad que sea Eterna o Infinita, al toparnos con la existencia de seres y cosas que mueren y desaparecen tarde o temprano. Llega el punto en que iniciamos a desear lo imposible, algo que por ridículo que suene, sea Infinito, algo que no quepa dentro de la realidad que vivimos, que sea más grande y trascendental...¡Dios!
Es este el punto en que nuestra existencia se vuelve vida, nuestra búsqueda de saciedad encuentra respuesta en lo Imposible, en Otro que es Eterno e Infinito, nos damos cuenta de que somos buscadores de trascendencia, de belleza, verdad, justicia, afecto, felicidad, nos percatamos de la existencia de un deseo de Infinito, una pregunta de Eternidad, un anhelo de Belleza, que es respondido por Otro que es Eterno, Bello, Veradero, Infinito... ¡Dios!
Por eso algunos afirmamos que vivir es: Afirmar a Otro que nos hace ser.
"La experiencia de la insaciabilidad humana es signo de que hay un Destino de inmortalidad"
La naturaleza del hombre, que la Biblia llama corazón, es exigencia de verdad, de justicia, de amor, de felicidad, juicios a los que si se les pone un límite dejan de ser ellos mismos.
"La razón es el lugar donde todo esto surge a nuestra mirada"
La razón es definida como la conciencia de la realidad, en la totalidad de sus factores. Es mirar por una ventana hacia el paisaje y saber que hay mucho que podemos ver y reconocer con la mirada, pero también que más allá de lo que veo (como diría el Sabio Rafiki a Timón) existe un Infinito Misterio, un Infinito que sacia toda necesidad y deseo.
El "Sentido del Misterio" es la experiencia más bella y profunda que podemos percibir. El hombre que no reconoce el Misterio y por ello pierde la capacidad de asombrarse y ser humilde ante la Creación, es un hombre muerto, cuya mirada se ha apagado, un hombre que existe sin vivir.
Esa capacidad de asomobro es la que nos lleva a reconocer la Prescencia de Otro que hace que el ser de esas cosas, incluso personas , incluso nosotros mismos, resulte magnífico.

 ESTAMOS HECHOS PARA LO IMPOSIBLE.

 El maravillarse por la belleza de una melodía, de una flor, de un paisaje, de una chica... El impactarse por un acontecimiento, el vivir una experiencia grandiosa, el enamorarse...son hechos que nos "reenvían" al Algo más Grande y Eterno, nos hace pensar que debe existir Algo o Alguién que haga que esas maravillas sean verdad, ese Otro o alguien que esté detrás de la Belleza, de la Verdad, del Amor, de la Justicia, de la Paz, de la Emoción, de la Alegría.
El drama del hombre es ser finito y anhelar lo infinito. Se vuelve tragedia cuando el hombre pierde la capacidad de ver dentro de sí mismo y percatarse de que su esencia Infinita es la que lo lleva a buscar lo Eterno y que la razón es el intrumento para encontrar la respuesta a sus preguntas de Felicidad y Vida Plena.
Ese anhelo de Infinito lo puso Dios en nuestro Corazón, para que así lo busquemos a El y lo encontremos a Él respondiendo a nuestros deseos, para que al final nuestra vida tenga sentido en Él, ese Bien Supremo. Él es quien nos hace Ser.
Buscando llegar al Infinito nos topamos con el inmenso Océano del Misterio y deseamos que venga el Infinito a nosotros y nos enseñe como llegar a Él y mejor, que se quede con nosotros.
Cristo vino a nosotros a traves de ese Océano hace 2000 años, viene siempre a través de la compañía de la Iglesia, la esposa de Cristo.
Aquel Océano sigue existiendo, el Misterio sigue siendo, y se sigue haciendo relidad en cada MISA. Pero es Jesús quien nos indica como atravesarlo para llegar al final al otro lado, donde el Gozo es la Plenitud Eterna, donde nuestros deseos y preguntas infinitas son saciadas, es decir, nos indica el camino para ir a Él caminando junto a nosotros, como el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas.
Hace realidad nuestros deseos de Amor, de Belleza, de Plenitud, de un "para siempre", la repuesta a nuestros "¿y después?" estan colmados en la Persona del Otro, por ello hay que salir de nosotros y darnos a los demas, porque perdiendonos “En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh Señor, jamás abandonas a los que te buscan.” (Sal 9,10)
Nuestra grandeza esta en ser finitos que aspiran al Infinito.
"Mi corazón está inquieto hasta que no descanza en Ti (Conf., I, 1,1)
No encuentro saciedad más que en el Infinito.
Nuestros deseos encuentran saciedad y plenitud en Dios.

Ahora, podemos reflexionar de mejor manera, lo que nos dice el Santo Padre:
 
"Vuestro corazón es una ventana abierta al infinito" (BXVI)

Bibliografia:Cfr. Reflexiones de Luigi Giusanni (el Yo y la gran ocasión) y"Gianni" Brendilla. Vacaciones preparatorianos CL.
 
Texto proporcionado por Luciano García Menendez

Datos personales

Mi foto
Soy originaria de Chetumal, México. Estudio la Lic. en Humanidades en UPAEP (Edo. de Puebla) Soy católica, y he estudiado algunos cursos referentes a mi religión, como "Teología Espiritual" o curso de "Animadores Espirituales", y mi apostolado es ser misionera, en el grupo "Santa María Goretti"